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El baúl de Mawey

Cuento "El lobo y la estrella"

I

Erase una vez........
Dos estrellas muy, muy pequeñas, que brillaban en la noche.
Eran recién nacidas y se conocieron de casualidad, revoloteando cerca de la Luna.
Se pasaban el día jugando por el cielo, corriendo sin parar. Parecían dos estrellas fugaces que se persiguieran la una a la otra. Vivían felices, y no se preocupaban por nada. Una de ellas tenía sin embargo una curiosidad muy grande:
- "¿Qué son todos esos puntos pequeños y brillantes, que se ven por la noche, allí en la Tierra?" Le preguntó a su madre la Luna.
- "Mejor no te acerques a ellos, mi niña, están en la Tierra y podrías perderte. Ninguna estrella ha regresado con vida de allí,... no regresarías jamás"
Pero ella se quedó aún más intrigada, y un día que corría con su amigo, como siempre, decidió comentárselo:
-"Oye, ¿Qué te parece si bajamos a la Tierra? Yo creo que esos
puntos luminosos deben ser como nosotros.....".
-"Ufff...." Respondió él. -"Me han dicho que si lo intentamos, podríamos desaparecer, y perderíamos nuestra alma de estrella para siempre; Me da miedo..." Continuó diciendo medio avergonzado.
-"¡Pues yo voy! " Replicó ella, orgullosa y altiva.
No le gustaba que la asustaran, era cabezota, y además el misterio le atraía sobremanera.
-"Entonces te acompañaré, no pienso dejarte sola......" Le contestó él, en un gesto de valor que incluso a sí mismo asombró y a la vez asustó.
-"Gracias" respondió ella, contenta de que su amigo, no la dejara sola, sonriendo tanto que una luz hermosísima se desprendió de su rostro.
Y sujetándose a la estela de su amiga estrella, como siempre había hecho cuando
jugaban, él la siguió en dirección a la Tierra.
Sus cuerpos de estrella comenzaron a descender rápidamente hacia el cielo, pero tan rápido fue el descenso, que sin darse cuenta, sus estelas comenzaron a desintegrarse en forma de fuegos artificiales, y miles de luces llovieron sobre la Tierra, dispersándose por todo el cielo.
Poco a poco, se fueron apagando como una lluvia de fuegos fatuos sobre unos campos de trigo cercanos, y sus almas se volvieron fugaces, y sus memorias de estrella
desaparecieron para siempre.

II

Pasó el tiempo, y la Luna, el Sol y las demás estrellas parecían haber olvidado a aquellos dos fugaces niños, sus risas y sus juegos....
En un bosque cualquiera, un pequeño duende miraba a una niña que lloraba en silencio mientras miraba la Luna.
Se acercó a ella muy despacito.
- "¿Que te sucede niña? " Le preguntó el duende.
Pero ella, lejos de asustarse, le miró con desgana, y acto seguido siguió observando
la luna, con la misma mirada triste y ausente. Al fin, respondió al duende:
- "No sé, a veces me siento llena de melancolía, y solo me apetece estar sola..mirando el cielo, la Luna y las estrellas, intentando encontrar alguna estrella fugaz".
- "Tengo la sensación de que me falta algo en mi vida, que he perdido
algo, y no sé lo que es.....no lo sé" siguió ella, sonriendo.
Aquella preciosa sonrisa, pareció cautivar al duende, y mirándola largo tiempo, la dijo:
-"¿Porqué no buscas entre las rocas de esa bahía que estas mirando?"
El duende señalaba con su mano hacia un claro. La Luna iluminaba un sendero que moría en una pequeña playa. Justo enfrente, se divisaban unas pequeñas rocas, bañadas por las olas.
- "¿Ahora?" Respondió ella con una gran sonrisa en su rostro, medio incrédula, medio divertida por aquel consejo tan.... sencillo del duende.
-"No soy una cobarde, si eso te contenta, iré donde me dices". Continuó diciendo.
El duende, que no había dejado de mirarla, dijo:
- "Sí, eres tú, no me cabe la menor duda, no puedes ser otra. Allí encontrarás algo que te ayudará a buscar lo que aún no recuerdas haber perdido".
Comentó él en voz baja mientras la sonreía, como si de repente, la hubiera reconocido.
-"No comprendo" Respondió ella, molesta como siempre cuando no entendía lo que decían las personas que la rodeaban.
Pero dicho esto, el duende desapareció repentinamente entre los árboles.
Después de un largo rato en silencio, ella se levantó muy decidida, y bajó a la playa.
El misterio siempre le había fascinado. Bajó el sendero, y al llegar a la playa, decidió sumergirse en el mar. Hacia calor, era aquella una noche estrellada, y no había nadie en la playa.
Comenzó a nadar hasta alcanzar las rocas, y logró encaramarse a ellas. No tenía frío. El Sol había calentado el agua y las rocas lo suficiente durante el día.
Miró a su alrededor, Y al mirar entre la espuma alborotada de las olas, pudo distinguir un objeto brillante que reflejaba la luz de la Luna , medio enterrado en el fondo del mar.
-"¿Qué será aquello que brilla ? " Se preguntó entre emocionada e intrigada.
Entonces se lanzó de nuevo al mar, y buceó hasta poder contemplarlo. Y decidió sacarlo a la playa.
Se quedó atónita al contemplarlo.¡Era una campana de cristal ! pero de un cristal especial.....

III

Se empezó a reír ....
- "¿Para qué quiero yo una campana de cristal ?" Y siguió riendo un buen rato.
Y recordando las palabras del duende, pensó para sí:
- "¿Como puedo encontrar lo que busco, si ni siquiera se yo lo que quiero ?"
A pesar del misterio y del regalo que el duende le había proporcionado esa noche,
un reflejo de tristeza volvió a pararse en sus ojos.
Otra vez se quedó ensimismada en sus pensamientos, tumbada sobre la arena
de la playa, mirando el mar, el cielo y la Luna.
Entonces, algo inaudito sucedió.....
Su espíritu parecía flotar, y comenzaba a introducirse en el interior de la campana....
De repente, se sintió volando por el aire, sin ninguna atadura.
Y al mismo ritmo que sus pensamientos, su alma comenzó a viajar y viajar por todo el mundo, mientras su imaginación se desbordaba.
Fue tan feliz durante ese breve tiempo, que decidió que nunca más se separaría
de aquella mágica campana, y una sonrisa apareció en su rostro para siempre.
Así pasaron los días, y con ellos los meses, y ella siguió viviendo su vida normalmente.
Mientras tanto, de vez en cuando utilizaba su campana para abstraerse del mundo que la rodeaba, y así viajar alrededor de toda la Tierra, volando por el cielo, y contemplando el firmamento desde el cielo, por encima de nubes y tormentas.
En uno de sus muchos viajes, decidió quedarse mirando un día a la Luna,
Posándose en un claro de un bosque cualquiera, como había hecho hace ya tanto tiempo, cuando siendo pequeña el duende apareció en su vida.
De repente, se quedó estupefacta.

IV

A su lado, un lobo plateado, tumbado y sin moverse, muy cerca de ella, parecía mirarla.
- "¿Puedes verme?" Le preguntó ella extrañada. Nadie la había podido ver en estos años cuando se abstraía y viajaba en su campana.
- "Claro que sí" Respondió con desgana el lobo.
No parecía que la mirara extrañado.... y miraba con tristeza a la luna también, de una manera que parecía como si la estuviera observando hace ya mucho tiempo.
No sabía bien porqué, pero ella se sintió de repente feliz de tener a alguien con quien poder hablar y compartir su campana.
- "En todos estos años siempre creí que nadie podía acompañarme en
mis viajes, que nadie podía verme en el interior de mi campana ..."
- "Eso creía yo también" Respondió el lobo, ante la incrédula mirada
mirada de ella.

V

- "¿Tu campana dices?" Aquellas palabras del lobo parecieron sorprenderla mucho.
-"¿Quien eres?" Preguntó ella.
-"No, ninguna campana." respondió el lobo sin mirarla, y continuó:
"Hace ya mucho tiempo, no recuerdo cuanto, que vago por estos campos.
Soy solitario y extraño, y me paso las noches intentando preguntarle a la Luna
lo que no consigo recordar. Tengo mala memoria; Siempre he vivido con la sensación
de haber perdido algo importante en mi vida".
Antes de que ella pudiera decir nada, el lobo se levantaba y se despedía.
- "Tengo que irme....lo siento. No estoy acostumbrado a la compañía".
Y dicho y hecho, se levantó y desapareció en la espesa negrura del bosque.
Ella, totalmente intrigada, decidió preguntar en una aldea cercana, a ver si alguien sabía algo sobre aquel misterioso lobo. Nadie acertó a responderle con exactitud quien o qué era, y todos la miraban entre avergonzados y extrañados por la pregunta.
Así que decidió volver otro día al claro del bosque, cuando hubiera luna llena para poder verle mejor.
Pero pasaron muchos días, y el lobo no aparecía.
Una noche cualquiera, la chica como siempre muy decidida, regresó de nuevo al mismo lugar, utilizando su campana.
Al llegar, descubrió con asombro que.......
Allí se encontraba el lobo, como aquella vez, brillante bajo la luz de las estrellas.

VI

Por fin decidió acercarse a él.
Poco a poco, muy cerca de él, extendió una mano, intentando tocar al lobo.
El lobo, la miró, medio asustado, pero sin embargo, no hizo la intención de huir.
-"Acércate" Le susurró ella en voz queda y dulce, " No temas, no te haré ningún daño"
Y cuando el lobo, poco a poco, se acercó a la brillante campana, algo extraño
comenzó a suceder....
El lobo comenzó a transformarse, hasta convertirse en un chico joven.... cuya cara le era familiar a ella.
Ambos se miraron a los ojos, y entonces, como si estuviera hecha de un fino cristal de aliento y rocío, la campana comenzó a fundirse, cubriéndoles a ambos por completo.
Tanto ella como él se quedaron perplejos. La sorpresa había sido mayúscula para los dos.
- "¿Qué esta sucediendo?" Preguntó él con cara de asombro.
Pero ella no decía nada. En su interior, como si en su mente dos portones cerrados comenzaran por fin a abrirse, comenzó a sentir que estaba a punto de encontrar lo que tanto tiempo había estado buscando. Y su corazón comenzó a latir con más fuerza.
Instintivamente se acercó a él, besándole suavemente los labios.
- "Eres tú.....no puede ser" Dijo ella, ruborizada.
En su memoria comenzaron a brotar como una fuente de chispeantes recuerdos
un montón de imágenes, de colores, de risas y sensaciones que tenía ya olvidadas.
Fue tal la sonrisa que asomó en su rostro, que iluminó con ella todo el claro del bosque
donde se encontraban, y él no pudo evitar sonreír también.
Ni siquiera se dieron cuenta que en el cielo las nubes estaban alejándose rápidamente,
dejando ver un cielo estrellado como pocas veces se había visto por aquel paraje.
La Luna estaba radiante......brillaban mas estrellas que nunca, y poco a poco, el cielo se fue plagando de estrellas fugaces, que semejaban fuegos artificiales.

VII

-"Dame tu mano" Le dijo ella a él, -"Y no vuelvas a separarte de mí" Prosiguió.
_"Ahora ya se lo que la Luna me quería decir... yo te buscaba, y ella me trajo aquí todas las noches para esperarte. Ya nada volverá a separarnos". Pudo por fin articular él.
Tomó las manos de ella entre las suyas, y al besarse de nuevo, lo que quedaba del hielo
de la campana comenzó a iluminarse de una luz blanca cada vez mas intensa, hasta que
sus siluetas desaparecieron por completo.
Fue entonces cuando esa intensa luz se elevó de repente como un rayo hacia el firmamento.

VIII

Dicen las personas del pueblo cercano a aquel claro del bosque, que esa noche vieron una luz tan poderosa que pareció ser mediodía.
Algunos incluso vieron un destello luminoso, casi un relámpago, subir hacia el cielo.
Desde entonces, dos estrellas muy brillantes, una al lado de la otra, casi como si fueran una sola, suelen jugar corriendo por el firmamento.
Si algún vez te las encuentras, pídeles un deseo.....
Solo ellas saben bien, cómo se anhela en la Tierra, encontrar la felicidad.
Seguro que te ayudarán a cumplir tus deseos.

FIN

Miguel Ángel W. "Mawey"
Verano del 2000 ®

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